Era entonces un alivio para la persona saber que detrás de tanto dolor existía un paraíso prometido.
Que a pesar de todo había esperanza.
Diosas y dioses se dividían el mundo de las creencias e invitaban a sus devotos a un mundo de amor y de esperanza, aunque también existían los dioses guerreros que daban valor ante la divinidad del enemigo, que también solía ser un Dios Guerrero.
Ahora en este Tercer milenio si bien Muchas de estas creencias o filosofías permanecen el ser humano se ha tornado más racional y le cuesta no cuestionar doctrinas del pasado o soluciones mágicas a un presente que; si bien cambió las dificultades siguen siendo problemáticas.
Por qué no alcanza con pases mágicos, ni ofrendas, ni deseos de paz y amor cuando millones de seres humanos emigran de sus patrias que permanecen en guerra o crisis económicas que hacen imposible la subsistencia de la familia.
La fe dicen mueve montañas; quizás nos haga falta más personas que decidan volver a creer en una sociedad mejor y juntos pongan manos a la obra.
Que se recuperen parte la mística que permitió ante las dificultades, ser la sal y la luz del mundo*.
*Lea en su Biblia o en la Biblia en Internet (S. Mateo 5:13)